Andy Beltran
¿Verdaderas Amistades?
Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.
1 Corintios 15:33 -34
En estos últimos dos años he cuestionado muchas cosas de mi vida y de lo que quiero o no, lo que suma o resta, el futuro y ¡las relaciones!, y hay una frase que ha retumbado en los últimos años y dice: “Somos la suma de las personas que nos rodean”.
Para mí la frase resume muchas cosas de una amistad y el propósito de las personas de las cuales elegimos rodearnos, porque a uno nadie lo obliga a ser amigo de otro y menos llegando a los 30´s, en medio de una pandemia.
Si nos rodeamos de personas llenas de sueños que trabajan por ellos, vamos a querer ir por los nuestros; o sí por el contrario nos rodeamos de personas negativas, que siempre ven lo malo de las situaciones, así no vamos a comportar, el ambiente determina mucho de nuestro crecimiento.
Hace un tiempo hice una oración muy arriesgada y aunque sabía que podía costar, no me imagine lo que podía doler. Le pedí a Dios que me rodeara de amistades que me sumaran e impulsaran, relaciones con un verdadero propósito. Lo que mi corazón necesitaba y por lo que yo estaba pidiendo, eran personas que pulieran mi carácter con amor, me levantaran y se convirtieran en esos escudos de oración en los momentos verdaderamente cruciales.
Peroooo la oración no solo incluía lo que yo quería, también era una oración en la cual asumía trabajar en mi corazón y carácter, para ser esa amiga que estaba soñando tener, porque para ser un buen amigo hay que ser brutalmente honesto pero compasivo, porque la corrección sin amor, no hace parte de una relación sana.
Sabía que en algunos casos iba a tener que tomar decisiones de morir o corta relaciones con personas que amaba muchísimo, pero que drenaban mi fe y energía. Con el dolor de mi alma y filtrando con Dios mis amistades, tuve que dejar ir algunas no daban fruto, me hacían compararme, me lastimaban con o sin intención, o simplemente no estaban dispuestos a hablar para corregir mi camino.
En el proceso de descubrir e intentar transformarme en ser esa amiga por la que oré, me he encontrado con esas personas por las que oraba y que se han vuelto familia, seres humanos tan llenos de Dios, que están dispuestos a amar mis imperfecciones y aportan a mi crecimiento. Hoy doy gracias por esos humanos “imperfectos” que me rodean, porque esa humanidad está en proceso de sanidad y juntos trabajamos en la mejor versión del otro.
Yo creo que no hay nada más lindo dentro de una amistad, que cuando ves al otro cumplir sus sueños y saber que estuviste en el proceso, que con quien se comparten hoy las carcajadas, también se compartieron las lágrimas, que se sanaron las heridas el uno al otro y juntos estan contruyendo reino.
En verdad te invito que te preguntes y sí es necesario te replantees las relaciones que estás teniendo, porque en los próximos años verás el resultado de este tiempo. Y también si es necesario que trabajes en ti, para poder tener el privilegio de contar con esas amistades reales, profundas y verdaderas.
Un abrazo.
Andy